Durante el quinto mes del año los sectores de la construcción y de minería fueron los principales lastres del indicador global.
La actividad industrial en México registró una caída de 1.6% durante los primeros cinco meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (de diciembre a mayo pasados), con lo cual se ubica como la cifra más débil para un inicio de sexenio desde los últimos cuatro gobiernos, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Al comparar el arranque de los sexenios desde Vicente Fox y Felipe Calderón (panistas), así como de Enrique Peña (PRI) y ahora Andrés López (Morena), la única administración que inició en cifras positivas fue la de Calderón con 1.2% de incremento en la actividad industrial; mientras que la industria tuvo un magro avance de 0.02% con Peña y retrocedió 1.5% con Fox.
La caída en la actividad industrial en promedio durante el gobierno de AMLO ha llevado a que reduzca la capacidad potencial de la misma que se traduce en un retroceso de la posibilidad de generar crecimiento económico vigoroso en el corto plazo, de modo que “para lograrlo se requerirá de un proceso de inversión pública y privada robusto que deje atrás las restricciones”, afirmó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El viernes, el Inegi informó que durante mayo la actividad industrial en México se contrajo 3.1% a tasa anual desestacionalizada, mientras que se redujo 2.1% en términos mensuales.
El gran lastre del indicador es el rubro de la construcción, que tuvo un desplome de 9%, seguido por el de minería (que incluye la extracción de petróleo), con una caída de 8.9 por ciento. El renglón de generación electricidad, gas y agua creció 1.6% y el de manufactura, 0.4 por ciento.
La contracción de mayo fue la mayor desde octubre del 2009 (cuando fue de 5.9%), lo cual es “derivado de la contracción de la inversión pública y privada en el sector industrial nacional”, afirmó De la Cruz.
Detalló que las cifras de los últimos ocho meses confirman la inercia de la carencia de una política industrial. “La recesión del sector industrial es una realidad innegable que requiere una visión de política económica diferente”, asestó.
Afirmó que, a lo largo del sexenio anterior, la inversión productiva fue minada y la llamada Cuarta Transformación, heredó una economía enferma: la austeridad aplicada por la actual administración no causó la debilidad, pero sí la exacerbó.
El director del IDIC lamentó que los gobiernos anteriores hayan negado el desarrollo industrial y ahora se sigue pagando la factura: la destrucción sistémica de la industria nacional de alto valor agregado le ha convertido en una gran base maquiladora de exportación.
Explicó que pocas empresas nacionales han logrado sobrevivir y hoy enfrentan el acoso tanto de la competencia desleal externa como de la, “mal comprendida libre competencia interna”.
Aunque, advirtió que la pérdida de fuerza de la actividad productiva nacional no será compensada por la industria de Estados Unidos: tanto las manufacturas como la construcción del principal socio comercial de México también han comenzado a exhibir debilidad.
Adicionalmente, se debe recordar que la estrategia del presidente Donald Trump ya afecta el desempeño de algunos sectores exportadores.
“Luego de que la producción industrial de abril parecía mostrar signos de recuperación, el dato de mayo vuelve a ubicarse en terreno negativo, reavivando los temores de que se profundice la desaceleración económica”, dijo por su parte el Grupo Financiero Monex en un reporte.